Te recuerdo ajeno a todo lo que considero bueno, pero a la vez te recuerdo tan cercano a lo que siempre he querido que llene los espacios, los rincones, impregnados con ese aroma a café recién colado, y tu presencia, esa que me alegra, me da ganas de saltar mientras río como tonta. Mientras respiras y suspiras... y al instante se desvanece todo, entonces despierto, vuelve a reiniciarse todo de nuevo.
Que bonita manera de extrañar, hacerlo con alegría de saber que ha sido, que lo hemos tenidos es mantenerlo presente. Saltos y brincos
ResponderEliminar¡Me sigue emocionando leer tus comentarios! gracias Esther. Saltos y abrazos
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